miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cuando la vocación nunca llega.

¿Nunca os habéis topado con esos maestros que lejos de construir mentes, solo destruyen y se autodestruyen?

¿Nunca os habéis encontrado con esos maestros que están ahí porque era para lo que les daba la media, pero nunca le han gustado los niños o la enseñanza?

Preferiría que la respuesta fuese 'no', pero me temo que todos hemos sufrido un maestro así.


Estas preguntas me las hago desde hace años, todos los días. Estas y muchas otras. El momento en el que más me surgen es a partir de las 14.30 de cada tarde, de lunes a viernes. Especialmente cuando oigo los gritos que se les sirve a los niños, todo el año.

No profesional.

Trabajar con niños cuando no es tu vocación y tu profesión tiene que ser horrible, igual que a mi me lo sería pasarme 8 horas sentada en una oficina haciendo balances o escribiendo datos. La principal diferencia es que si le grito al ordenador o a la fotocopiadora éstos no se sentirán mal, porque no sienten nada. Si yo le grito a un niño, le estoy faltando al respeto y estoy minando su personalidad.

Esto es lo que sucede cuando estoy en mi casa. Toca el timbre, unos se van y otros se quedan. Unos comen y otros juegan. Cuando terminan, esas personas que se quedan a su cuidado solo saben gritar, gritar y dar órdenes estrictas -y con bastante malos modos y formas- a unos niños que tienen entre 3 y 12 años.

Cada ''Que os calléis ya'', ''Que os calléis ya ,os estoy diciendo todos los días'', ''No te muevas'', ''No quiero ni una sola palabra, ¿entendido?'' se me clavan como puñaladas.
Si no te gusta, no lo cojas. No hablas con robots, no tratas con un ordenador, no le hablas a una pared. ¡Por Dios santo, son niños! No por gritar más o querer ser más autoritario serás más respetado. Y ahora imaginaos... Si esto sucede en un comedor , con hijos ajenos ¿qué hará esta gente en su casa, con sus propios hijos?

El profesional.

Ese docente, esa maestra que pierde los nervios constantemente, que habla de cualquier manera a los niños, que no es nada amorosa, que no tiene ni una sola palabra de aliento para nadie, que se lleva mal con sus colegas de profesión.

Esas personas. Muchas de ellas llegaron a la docencia por azar, por necesidad, por que les convencieron. Algunas llegaron a gozar de su profesión y la vocación llegó a ellas en algún momento de su carrera. Otras, sin embargo, no solo no les llegó la vocación sino que de su amargura y hastío perturbó a muchas generaciones. Especialmente esas generaciones donde los sopapos volaban, donde estaba permitido tirar de las orejas si no traía los deberes y azotar con una regla en las manos de los niños de 6 años. 

Esos profesores. Los que solo sabían hacer que te sintieras mal por todo, los que no te dejaban disfrutar, los que no te dejaban jugar y saltar, reir y correr o bailar. Los que te minaban la imaginación y ponían obstáculos a la creatividad.

Esa especie que está por erradicar. Por que la vocación hay que sentirla muy dentro, como un deseo que te quema y quiere salir. 

La vocación docente es la necesidad de querer cambiar las cosas, de llegar a tu aula con una sonrisa  y recibir a tus alumnos con un abrazo aunque en tu propia familia se esté viviendo un drama. La vocación docente es trabajar muchas horas en casa para proporcionar lo mejor o más adecuado a un grupo de personas en formación y crecimiento, es estar hasta altas horas de la noche cosiendo para darles una sorpresa y ver sus caras de asombro.

La vocación docente es el motor debería mover el mundo, para crear personas de bien, con opiniones propias, seguros de sí mismos, con ganas de comerse el mundo y con alegría de vivir y ser felices.

Cuando la vocación nunca llega, hay que plantearse un cambio radical y dejar paso a los que morimos por cantar una canción a 20 niños y salir corriendo haciendo de lobo feroz mientras ellos corren a carcajadas para que no les des caza.

Si no tienes vocación docente, por favor, no ejerzas. Solo estás contribuyendo al empodrecimiento de la sociedad.

12 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Tengo una amiga que estudió magisterio en Educación Física... y claro yo alucino porque primero es cero deportista vamos que no la veo yo ni corriendo, ni saltando ni nada de nada, es más de sofá y palomitas y además de eso no le gustan los niños y se le nota.... la ves con los míos y la notas incómoda como con ganas de huir....
    Afortunadamente mi amiga no ejerce, opositó y lo intentó durante un tiempo, pero luego comenzó a trabajar en Mercadona y descubrió que trabajo fijo y un sueldo solo 100 euros menor de lo que le pagarían ejerciendo su profesión. Sinceramente gente como ella que encima es inteligente hubieran podido estudiar lo que les diera la gana. Ahora hace algo que le gusta y sobretodo hace algo que no repercute en niños.

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    1. A veces una elige pensando que es lo que le gusta o ue le va a gustar y se equivocan. Otras veces se elige pensando en las salidas que puede tener y se equivocan de nuevo. Para mi hacer algo que no te gusta es lo peor que te puede pasar. En el caso de tu amiga me alegro que haya descubierto algo que le gusta y que no haya repercutido en ninguna generación !

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  2. Yo reconozco que he tenido siempre muy buenos profesores en el colegio. En el instituto apenas tuve un par que eran malos docentes. En la facultad la proporción subió a límites insospechados pero bueno, ya éramos 'adultos' (Supongo que he tenido suerte). En cambio mi Mozo tiene funestos recuerdos de los profesores de colegio e instituto. De hecho, no terminó el instituto.

    Es una pena. Tanta gente con vocación sin encontrar el trabajo para el que se prepararon y otra tanta con el trabajo pero con depresiones porque no lo aguantan U_U. El mundo está mal repartido, sip.

    Un abrazo

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    1. Qué suerte la tuya Hobbi!!!! Ya veo que el Mozo es otro cantar. Yo he tenido de todo, de todo bueno y de todo malo. Lo bueno más escaso, como siempre.

      El mundo está fatal fatal repartido, desde luego, y quien puede escoger lo hace fatal, eso también. Confío en que las nuevas generaciones vayamos tomando nota y cambiando un poco el panorama porque vaya como pinta... Aunque ya se sabe que en todas las casa cuecen habas.

      Un abrazo!

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  3. Muchas personas llegan a esta carrera por fácil y porque tras una oposición se encuentran con la estabilidad de su vida: ser funcionario y que nadie pueda echarte. Pienso que para ser maestro se debería exigir más formación que una diplomátura y no convertirla en funcionariado que se ancla a lo fácil, desechando la constante renovación educativa. Solo así llegarían las personas con verdadera vocación.
    Genial él post!

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    1. Mukali eso es lo que más me fastidia de todo, que se piensen que Mgisterio o cualquieras de las ramas educativas solo es ''pinta y pega'' porque no lo es, ni mucho menos. Tenemos pasión por el funcionariado en este país, eso es verdad. Solo te echan por algo realmente grave y eso es lo que engorda las listas de examinados cada año, aunque luego realmente seas nefasto como profesional. Para mi una diplomatura es más que suficiente, en este caso son Grados de 4 años con el Plan Bolonia. Lo que debería ser es que tendrían que pasar una prueba de aptitud/actitud antes de entrar a formar parte de esta profesión, o más bien, de ser estudiante de magisterio.

      Gracias por pasarte guapa!

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  4. Lo peor es que los que educan así creen que lo hacen bien. Les falta información o mejor dicho, les falta querer informarse o como tu dices, vocación.

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    1. Uuuff Marta, quien educa así además de creer que lo hace bien le falta ganas, esfuerzo y dedicación. Lo de la vocación lo doy por perdido!

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  5. Yo creo que trabajando con niños hay muchos profesionales, y también otros que lo eran pero que debieran realizar un parón para recuperar el entusiasmo. Trabajar con niños puede agotar y es necesario que estemos al 100% para poder ofrecerles lo mejor. Un saludo

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  6. Yo tuve muy buenos profesores y algunos no me di cuenta de lo buenos profesionales (y buenas personas) que fueron hasta que fui adulta. Con 14 años no supe apreciarles,la verdad,pero creo que tuve una suerte increíble,muy volcados en su trabajo, de verdad interesados en enseñarme, preocupados por una mala nota, se me ofrecían a ayudarme...
    También tuve una que me dio un bofetón por decirle a la compañera de atrás que dejara de darme patadas, la tía se lució,yo creo que no controló la fuerza. Y otro en el cole que se le iba la pinza y lo expulsaron por insultarnos, aunque éramos muy traviesos! Hay alumnos que avaban volviendo mal maestro al ser mas noble!
    Pero la mayoría de mis profes me traen buenos recuerdos.
    Gran post, te felicito.

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  7. Que ilusión ver que eres también educadora, yo también lo soy. Te sigo también aquí. Un beso desde

    https://yentoncesmeconvertienmama.wordpress.com

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    1. Gracias Beatriz!!!! PUes además de profesión y maternidad compartimos nombre.

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