Mi madre dice que yo quería ser peluquera de pequeña. Es algo que no puedo negar, pero siempre tuve claro que de primero, sería profesora.
Pasan los años y te das cuenta de que no quieres ser profesora de adolescentes, porque son conflictivos, prefieres los niños. Luego cambias de parecer, porque cada vez los niños mayores son un poco más mal educados y menos respetuosos con los profesores y decides que lo mejor que puedes hacer es ayudar a sentar bases en los más pequeños, y con suerte, algún día serán niños, adolescentes y adultos de bien.
Así para ir al asunto de todo esto, yo tuve siempre clara la vocación docente, pero con los años fui inclinando la balanza hacia una edad u otra, y con los estudios y la práctica fui puliendo las formas de tratar y actuar con los niños.
Es bastante común que un porcentaje de alumnos de Magisterio elija esa carrera 'porque es fácil', o porque en su día 'era lo que había porque la nota no le daba para otra cosa' o porque de verdad creen que quieren ser maestr@s. Entonces, van a las prácticas, y descubren que eso no es lo suyo y que no quieren ejercer tras 3 o 4 años de estudios. Otr@s, que no entraron muy convencid@s, descubren que les fascina y quieren más, sin comprender como no podían haberlo tenido tan claro como cuando empezaron.
Una educadora, un educador, una maestra o un maestro se nace y se hace. Porque puedes tener mucha vocación y poca o ninguna maña, quien dice maña dice un espíritu de trabajo nulo, que de todo hay.
Para mi la formación es clave e imprescindible, tanto la básica y necesaria para poder ejercer en una escuela, como la formación de reciclaje. No nos podemos quedar en las mismas cosas de hace 6 o 10 años, tenemos que ir siempre a más. No quiero decir ''aspirar a más'' pensando en un ascenso en el trabajo, sino aspirar a más para con los niños. Formarse en nuevas metodologías (siempre digo que es mejor conocer mucho para poder elegir con libertad), en nuevas iniciativas, ver los proyectos que se crean en tu comunidad o en otras.
Como profesional y en mi vida personal, no soy 'purista', yo no me caso con nadie. Cojo lo mejor de cada cosa que me gusta y la llevo a la práctica. Por poneros un ejemplo en la vida personal, aunque soy católica no soy practicante, no voy los domingos a misa pero creo en Dios y considero que si está en todas partes no necesito ir a un local grande idolatrar a nadie.
Un ejemplo en lo profesional es que no sigo una metodología concreta de nadie. Me gustan cosas de Doman, me gustan cosas de Montessori, me gusta Pickler... En fin, que cojo lo que me gusta de cada casa y lo hago a mi forma de trabajar.
Tenemos que crear pasión por la profesión, es algo que uno de mis profesores de facultad decía y transmitía por cada poro de su piel. A veces le brillaban los ojos hablando de lo que significa ser maestro. Lo vive, lo siente, creo que si ese hombre no pudiera ser maestro se moriría de pena, sinceramente. Es precisamente ese sentimiento el que tenemos que tener como profesionales, el vivir nuestra vocación como si fuese una genialidad de la humanidad. Ir a trabajar con la misma ilusión y energía que el primer día y disfrutar de todo lo que nos aportan nuestros alumnos, que es muchísimo.
Y vosotras/os... ¿Nacisteis u os hicisteis?
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