miércoles, 10 de diciembre de 2014

Animaciones infantiles: Bodas.

¡¡Ai amig@s!! Si pudiera hacer un copia/pega de mi vida laboral aquí y seguir permaneciendo en el medio anonimato lo haría, pero no es plan.

Por si una no tuviera ya suficiente con dos hojas de currículum en 10 años de trabajo (desde los 17) un buen día, hace 4 o 5 años se nos ocurrió la brillante idea de hacer una empresilla de animación infantil. La otra iluminada, que me seguía a tales locuras es una amiga.

Un buen día hicimos un nombre, un programa y nos anunciamos. En muy (muy) poco tiempo ya teníamos nuestro primer gran evento: una animación de 35 niños. En pleno verano, con todo el solaco de las 3 de la tarde: Toma ya.

Hoy os vengo a hablar un poco del trabajo de animación, porque una educadora no solo educa, también juega y diseña programas de animación para niños de distintos rangos de edad. Sin duda es una salida más para quienes creen que un CS de Educación Infantil se queda en ''trabajar en una guardería''.

No sé en qué momento se nos ocurrió que ofrecer un servicio de animación en bodas podía ser buena idea, el caso es que marcamos tendencia en nuestra provincia y es más, los invitados ( de todas partes del mundo, sí, del mundo) quedaban encantados con tan maravillosa idea, ¿cómo no?.
Nosotras ofrecíamos un servicio completo: estabamos antes, durante y tras la cena. Juegos y diversión asegurada y precio económico. Eramos un chollo.

El sistema de trabajo.

-Servicio de recepción de niños. Llegábamos antes de los invitados y los esperábamos con el chiringuito montado ya. Aquí es vital hacerse amigable para poder reunirlos pronto y empezar a jugar, saberse sus nombres y sus edades.

-Servicio de acompañamiento en comida/cena. Nos íbamos a la mesa con ellos durante la cena o la comida, les animábamos a comer porque los niños en las bodas no comen casi nada, y les amenizábamos las esperas entre platos. Esto es lo peor de todas las bodas, porque los niños muy pequeños van a la mesa de sus padres a menudo, los mayores se quieren ir pronto a su bola y los niños de edades intermedias quieren un poco de uno y de otro. La mayor tarea era procurar que los niños no fuesen al rabo de los padres cada dos minutos para que ellos pudieran cenar, que basicamente para eso estábamos allí.

-Servicio de animación. Nos lo currábamos, en verano ofrecíamos juegos de agua o gymkhanas acuáticas, ofecíamos decoraciones, juegos en gran y pequeño grupo, talleres... En fin, un montón de cosas. Los niños se lo pasaban pipa, de noche organizábamos una búsqueda del tesoro con sustos incluídos. Yo creo que mi especialidad era al maquillaje facial y la globoflexia, no sé a que velocidad puedo hacer globos pero ya os digo que a mucha, es que me salen sin pensar. El maquillaje facial se me da de muerte y siempre me tomaba mi tiempo, es lo malo de ser tan perfeccionista.

-Servicio de canguro. También ofrecíamos una cuidadora para los bebés, que normalmente permanecían con sus madres y solo en una ocasión contrataron a unas adolescentes a cuidar de un grupo de 4 niños de menos de 2 años y las pobres no sabían ni que hacer con ellos.

-Animación personalizada. Los novios podían elegir cosas, normalmente nos dejaban hacer. Nuestra forma de trabajar era a una animadora por cada 10 o 12 niños (para cada 15 si eran más mayores) y una animadora específica para menores de 3 años. Siendo que trabajamos en la educación somos muy conscientes de lo importante que es trabajar con una ratio y ser más de una para poder controlar a los niños.

La mayoría de las bodas que se celebran, al menos a las que he ido a trabajar, son con mucha gente, cuando digo mucha gente son más de 100 invitados. Pero los adultos no suelen ser el problema antes de la barra libre, los niños son los que dan trabajo. Para explicarlo mejor iré por partes.

Las bodas con pocos  niños (menos de cinco)

Las bodas con pocos niños pueden sonar apetecibles: poco trabajo (también poco dinero) y más tiempo para jugar. Pues no, en realidad son un horror: mucho de todo, las horas no se pasan.
Para o peor de ser animadora era que me llamaran para una boda de 3 o 4 niños. Y como esos 3 o 4 niños tengan edades dispares entonces apaga y vámonos.

Trabajar con 4 niños de entre -por ejemplo- 3 y 9 años es querer morir. Normalmente preguntábamos el rango de edad para llevar preparado una batería de juegos. Jugar con niños mayores y pequeños es difícil ya que los más chiquitines no entienden bien algunas normas, los juegos de mayores se les hacen difíciles y a los mayores los juegos de pequeños les aburren enseguida. Lo mejor para esto es tener juegos tipo Twistter o similar, porque pueden jugar todos y te entretienes un rato.

Las bodas con bastantes niños (sobre 10 o 15 ).

Las bodas con un buen numero de niños son las más divertidas. Es importante que el grupo de edad sea homogéneo pero al ser más numero de niños se pueden hacer excepciones en las normas o adaptarlas a las edades. Es divertido que los niños te cojan confianza y puedas bromear con ellos porque si les cuentas una película para meterlos en algún juego enseguida se lanzan y se la creen. Para mi la edad ideal en una boda de bastantes niños son de 5 a 7 años. Con más de 9 o 10 años suelen querer ir a su rollo y como tengan móviles o consolas ya ni te miran a la cara, y pasan de chorradas varias.

Las bodas con muchísimos niños (más de 20 y hasta 50).

Son un descontrol en cierto modo, pero somos un montón de animadores asi que se pueden crear distintos grupos de juego en función de gustos o edad. Son las bodas más agotadoras con diferencia, las horas se te pasan volando y además siempre tienes un grupito de seguidores que van contigo a muerte en todos los juegos y eso es divertido porque la animadora también ha de pasarlo bien. Yo me lo pasaba pipa en casi todas las bodas.

Las bodas con mayoría de niños.

Es difícil ser animadora y que haya una gran mayoría de niños. Llegas y te dicen que si eres ''la payasa'', te haces la graciosa, te inventas sus nombres y todos felices. Lo malo es que solo quieren jugar juntos si les das una pelota. Los juegos de grupo están bien pero solo un rato, y siempre SIEMPRE hay un padre que lleva una pelota, para mi desgracia. Eso cuando no se llevan las diferentes consolas o los móviles, que de todo hay.

Las bodas con mayoría de niñas.

Las bodas con mayoría de niñas si estas no son muy repipis están guay. Se prestan a todo tipo de juegos, digamos que son más conformistas. Les llevas papel, sellos y pegatinas y se tiran una hora haciéndote cartas, cartas a sus padres, cartas a los novios.... Una vez hicimos un mural para los novios con todos los niños que había allí, fue divertido.

Las bodas con mayoría de niños de más de 8 años.

Si a este detalle le sumas que sean mayoría de niños ya te puedes despedir de tus estupendos planes, porque van a pasar de ti. Hay un numero de niños 'x' en todas las bodas que son respondones y maleducados a partes iguales, que pasan de ti y te vacilan, que cogen sus móviles y cantan las canciones de 'el capitán salami' o escuchan rap chungo. Gracias a Dios a veces topas con unos niños mayores que son unos cielos, ojalá así fueran todos.

Las bodas con mayoría de niños de menos de 6 años.

Estas son las edades chulas, en las que puedes jugar a cualquier cosa. También es cierto que los niños de 3 años pueden ser agotadores, siempre tendrás al que se te escape corriendo por ahí cuando te das la vuelta, el que nunca quiere jugar a nada o el que solo va a su madre todo el rato. Aquí da igual si son mayoría niños o niñas, se dejan llevar hasta el final. La mayoría pasando la 1 de la mañana caen rendidos en los brazos de sus madres o abuelas, incluso durmiendo en dos sillas juntas.

Las bodas con los hijos de los novios.

Estas bodas son un poco delicadas. Si los novios tienen varones dará igual, porque los niños siempre van más a su bola.  Si los novios tienen mujeres ya la llevas clara, porque si algo no les gusta te dirán 'mis padres son los novios' y vas a tener que optar por pasar de ellas en favor del grupo o jugar a lo que ellas quieran.
Y aquí entra el tema bebés. He ido a unas cuantas bodas donde los novios tenían un bebé pequeño y son lo peor. Me explico: un bebé requiere tiempo y atenciones.Lo suelen pasar fatal. Los bebés pequeños pueden extrañar y si son como mi hijo, un lugar con demasiada gente puede resultarles un horror y estar llorando a menudo. Eso provoca que los novios no disfruten de su día y estén con el niño de un lado a otro, en su defecto media familia irá paseando al bebé por toda la sala. Luego que si dale el biberón (ninguna novia se saca el pecho con el vestido, doy fe) que si dale la papilla... En una ocasión una pareja tuvo al bebé de un año con ellos en la cena y para el baile me lo quedé yo. La criatura no me había visto en la vida y tuvo que quedarse con una desconocida a moco tendido, que se quedó dormido del agotamiento. Le puse el pijama durmiendo y al menos conseguí jugar un poquito entre medias.
Cuando pienso en las bodas con bebés pequeños me viene a la cabeza mi prima, que llevó a su bebé de 6 meses a la ceremonia y en el banquete y posterior bailoteo se lo quedó una vecina de confianza en casa. Creo que si celebrase mi boda y tuviese un bebé pequeño haría lo mismo, al menos unas horas.

Y hasta aquí mi aventura de animadora en bodas. El próximo capítulo serán las comuniones. ¡¡Os espero!!


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